Seguro has escuchado que los bebés necesitan zapatos para gatear y luego para "ayudarlos a caminar", con el objetivo de afirmar y darle estabilidad a sus pies y facilitar el proceso. Cuando nosotros éramos pequeños nuestros padres usaron este tipo de calzado en nosotros, pero hoy las cosas han cambiado y aquí te explicamos porqué.
Los niños no necesitan zapatos antes de empezar a caminar, tampoco en la etapa de gateo. Es importante que este proceso se haga descalzo (si hace frío pueden usar calcetines antideslizantes o un calzado muy minimalista como los Moccs de cuero).
Primero entendamos cómo es el pie de un bebé que aún no camina o que recién ha empezado a hacerlo:
1. Es totalmente plano: Contrario a lo que muchos creen, el pie de los bebés es plano. Esto es absolutamente fisiológico y normal. Para desarrollarse, el niño necesita madurar su marcha, fortalecer la musculatura del pie y osificar sus huesos. Este proceso tarda alrededor de 6 años. Por este motivo es que no se recomienda el uso de plantillas para evitarlo ni zapatos con el arco marcado. Un pie que descansa el arco sobre una almohadilla, lo único que logra es debilitar esta zona del pie, haciéndola más propensa a un pie plano futuro.
2. Es gordito: Muchos papás se preocupan que los zapatos no le calcen bien a su bebé porque tiene el empeine muy alto o es muy gordito. Esto es absolutamente normal, y se llama grasa plantar. Su objetivo es ser la amortiguación natural del pie cuando este empieza a pararse vez y a dar sus primeros pasos. A medida que el niño madura su marcha esta va desapareciendo y el pie se hace más esbelto.
3. Está compuesto de cartílago y no de hueso: Es un pie totalmente moldeable, y tarda hasta los 13 años de edad en osificar completamente. El talón tiene un hueso que se llama "calcáneo" y este osifica solamente si se produce impacto directo contra el suelo. Si colocamos un zapato amortiguado, este hueso no se desarrolla, si además tiene una horma estrecha, su osificación se ve totalmente alterada.
4. Es inestable: Cuando el niño se para por primera vez, notarás que camina chueco, con las piernas arqueadas, o que se le va el pie hacia adentro. Imagina que nunca han estado de pie! y es toda una hazaña controla el cuerpo en esta nueva posición. Deben aprender a usar y fortalecer músculos que nunca habían usado y todo esto es un proceso. Se van a caer, perderán el equilibrio y todo esto es totalmente normal. Un zapato rígido que feruliza el pie solo da una sensación falsa de estabilidad, y no permite que la musculatura necesaria se fortalezca.
5. Son la parte más sensible del cuerpo: Incluso más que las 🤲. Son las extremidades con más terminaciones nerviosas y si les colocas un zapato, y sobretodo uno tradicional lo privas de información sensorial de su alrededor y del desarrollo de la Propiocepción, que es clave en niños pequeños. La propiocepción es la forma en que nuestro cerebro nos da información de nuestro alrededor (temperatura, ubicación de nuestro cuerpo en el espacio, etc.), esto ayuda a los niños a moverse con mayor confianza y seguridad y entender el espacio que los rodea.
Entonces ¿cuándo usar zapatos por primera vez?
Una vez que ya se inició la marcha, es decir, caminan totalmente solos, sin apoyos ni ayuda más de 10 pasos, puedes usar un calzado respetuoso, pero jamás con el objetivo de "ayudarlos" a caminar. El único objetivo debe ser PROTEGER. ¿De qué? Entornos no controlados como exteriores donde se puedan hacer heridas, superficies extremadamente frías o calientes, etc.
El niño no necesita de ninguna ayuda, los zapatos que se comercializan ofreciendo esto, o bien ayudando a la estabilidad, absorción de impacto, etc, dan sensación falsa de "ayudar a caminar" porque ferulizan y sostienen el pie, pero no permiten que sus músculos y huesos se desarrollen normalmente. En un principio notas que se paran más fácilmente, pero luego te das cuenta que caminan muy mal, no son ágiles, se sacan todo el rato los zapatos y se empiezan a caer.
El niño va a caminar SOLO, sus pies están total y absolutamente preparados para que esto ocurra sin ayuda alguna. Mientras más lo haga descalzo, o bien con un calzado respetuoso mejor.
Los niños que están descalzos o usan zapatos respetuosos son más ágiles, se caen menos, desarrollan sus músculos y huesos de manera óptima, tienen mayor confianza, estabilidad y seguridad. Son unos verdaderos 🐒 al escalar, correr y jugar.
Una vez que tu peque inicie la marcha y esté listo para usar su primer zapato, te recomendamos leer el siguiente artículo respecto de cómo debe ser el zapato