A los 10 años tuve mi 1er dolor de espalda. Fue el comienzo de lo que serían 23 años donde esos dolores condicionarían mi vida por completo.
Suena fuerte, y lo fue. Pasé por varios diagnósticos y tratamientos en mi infancia, ninguno realmente resultó. Con los años los dolores eran cada vez más invalidantes, pero fue normalizado.
A los 18 años tuve al fin un diagnóstico real, 3 hernias lumbares severas, con artrosis y varias otras cosas complicadas. Desde entonces mi vida se volcó a la kinesiología y ejercicio. A los 21 se sumaron dolores de cadera y una operación. Aún así, sufría siempre que debía estar de pie en reuniones sociales, filas, aviones, caminatas, estar sentada más de x rato, etc. Me lo sufrí todo en mis embarazos, hasta mi propio matrimonio me dejó tan adolorida que me limitó toda mi luna de miel.
Vivía con antiinflamatorios, y me compraba siempre las zapatillas con la amortiguación MÁS grande, que creía sostenían mí "débil" cuerpo. Luego se sumaron los dolores de rodilla y vivía contracturada. Realmente no puedo describir el impacto que todo esto tuvo en mí No existía una versión de mí sin la sombra de mi fallada espalda.
Cada año era menos lo que podía hacer. Pero en la pandemia cuando dejé de usar zapatos, dejé de ir al sagrado gimnasio y empecé a usar zapatos minimalistas, todo cambió. Ya van casi dos años y nunca más he tenido un dolor. No estaba buscando esto cuando los compré, solo quería sentir lo mismo que nuestros niños.
Regalé todos mis zapatos "tradicionales" y el resto ya es historia. Hoy esto es mi pasión porque cambió mi vida y la de nuestros niños y no me cansaré jamás de difundirlo.
No soy médico ni especialista, esto es mi experiencia. Quién sabe si desde pequeña se hubiese tomado otro rumbo con mis dolores, hoy todo sería distinto.
Y es que muchos de los problemas que nos aquejan en la adultez tienen su semilla en nuestra niñez y no nos damos cuenta. Si tu hijo se queja de dolor en alguna zona de su cuerpo, escúchalo!
Hoy camino, subo cerros, ando en avión y todo lo que quiera libre de dolor y preocupación. Mis vida ya no se define por el dolor, soy libre.
Cómo los zapatos ergonómicos cambiaron mi Vida
Publicado por Francisca Gantz en
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