La primera vez que tuve uno fue en una visita a un especialista en fertilidad. Veríamos los resultados de los exámenes que nos hicimos luego de años de no embarazarme. Llevaba meses de ir y venir a la clínica, y ya todo el tema me tenía con una angustia y depresión tremenda. Qué cambió? En mi cabeza, sabía racionalmente todo lo que estaba sucediendo, pero mi cuerpo se empezó a manifestar con sensaciones que nunca tuve antes y que me asustaron mucho.
El dolor en el pecho era tan fuerte que creí me daría un ataque al corazón. Sudaba por todo el cuerpo, me sentía "paralizada" de la angustia y no sabía como detenerlo. Sentí que duró horas.
Hoy ya han pasado 7 años desde ese episodio, y si bien puedo pasar meses o sin que se repitan, hay semanas en que vienen todos los días. A estas alturas tengo identificadas las cosas que los gatillan, pero eso no necesariamente los previene, por que en mi caso son cosas que no puedo evitar, como temas del embarazo, situaciones difíciles con mis niños, etc.
Lo peor? Vives en una constante paranoia y miedo de que te venga uno. A veces vienen solo por intentar evitarlos. Y es que tan solo el recuerdo te los puede gatillar.
Estos años he aprendido a conocer mi mente y mi cuerpo gracias a la psicoterapia, pero también ha sido fundamental reconocer que no siempre es suficiente y necesitas apoyo farmacológico.
Lo principal es entender que no porque te resulte evitar o ignorar situaciones dificiles en tu mente, tu cuerpo dejará de reaccionar. Es más, tu cuerpo te lo va a recordar, tiene vida propia, y si ni lo escuchas, se transforma en una bola de nieve.
He vivido cosas difíciles que se son la causa de ellos, y lamentablemente tengo que aprender a vivir con esto. Es muy difícil, porque el mundo te hace sentir débil y dominada por tus sentimientos.
Hay veces que el hecho de estar en un lugar donde te vino el ataque, te lo provoca⁷, independiente que la razón racional de porqué sucedió este resuelta.
Quise tocar el tema porque muchos no se atreven y quiero decirles que NO ESTÁN SOLOS.
Ataques de pánico
Publicado por Francisca Gantz en
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